El despertar llego a todos

miércoles, 23 de junio de 2010

UN MUNDO PERDIDO en Indonesia

En Noviembre y Diciembre del año 2005, un equipo de naturalistas de campo de Indonesia, Norteamérica, Inglaterra y Australia, llevaron a cabo el primer inventario comprensivo de biodiversidad de las Montañas Foja, un rango montañoso aislado en el norte de Papua, provincia de Nueva Guinea del oeste (Indonesia) (ver Figura 2).

El equipo de 20 personas pasó un mes en las Fojas, inventariando plantas, ranas, reptiles, mariposas, mamíferos y aves, documentando a más de 40 especies nuevas en este rincón poco estudiado del mundo tropical. Estos asombrosos descubrimientos fueron la culminación de años de esfuerzos y planificación. El co-investigador líder del proyecto comenzó la planificación de esta expedición en 1982. Este período de 23 años para el proyecto da una buena idea de los retos políticos necesarios para obtener permisos para hacer el trabajo de campo en esta área de inaccesibilidad casi absoluta. Todos los miembros del equipo estuvieron de acuerdo en que los resultados despampanantes son prueba suficiente del valor del proyecto, de que valió la pena la larga espera y de que todo el gran esfuerzo que se llevó a cabo para hacerlo posible fue bien invertido y justificado.


La búsqueda de un mundo perdido

La historia de la Foja comienza a mediados de la década de 1890, cuando un cargamento de aves preservadas, que tenían la intención de ser usadas para adornar a sombreros femeninos, llegó a Europa desde Nueva Guinea. Algunos de los especimenes más peculiares en este cargamento fueron removidos por el comerciante holandés que los recibió y éste los envió a varios naturalistas europeos prominentes en esa época. Lord Walter Rothschild, en Inglaterra, recibió un capulinero o ptilonorhynchido (familia Ptilonorhynchidae, “bowerbird” en ingles) poco usual; igualmente, un ave del paraíso blanca y negra fue enviada a una colección de historia natural en Alemania. Poco después, estas aves fueron descritas como especies nuevas para la ciencia por Rothschild y por el eminente ornitólogo Otto Kleinschmidt respectivamente.

Más de una década le llevó al equipo de investigadores de Conservation International (CI) y la National Geographic Society en ganarse la confianza de los lugareños de las montañas Foja, en el oeste de Nueva Guinea (Indonesia). Pero la perseverancia tuvo sus frutos, ya que hallaron varias especies desconocidas y muy extrañas, de animales y de plantas.

Las montañas Foja son de gran interés por su aislamiento; con unos 8 millones de hectáreas, representan el mayor bloque de selva tropical virgen del sudeste asiático , probablemente el más prístino del planeta. Cada cadena es como una isla en altura, rodeada por bosques bajos cálidos y húmedos. Acceder a pie es casi imposible, y para internarse por encima de los 1.000 metros hace falta un helicóptero, difícil de conseguir en la zona..

Por lo tanto, es el hábitat ideal para encontrar especies endémicas, inclusive algunas que no existen en ningún otro lugar del mundo. Pero al mismo tiempo, esa inaccesibilidad demoró las expediciones, sumado al hecho de que los investigadores necesitaron antes comprometer a los pueblos Kwerba y Papasena en el proyecto de conservación. Cuando por fin pudieron adentrarse en las selvas montañosas, se encontraron con animales desconocidos, como una paloma multicolor, una rana de nariz larga, y un wallaby peludo, del tamaño de un conejo

Otro animal extraño es un ratón arborícola que rara vez toca el piso. Un gecko de dedos curvos, similar a una lagartija, fue descubierta sólo por el brillo de sus ojos . Los científicos hallaron además un murciélago que utiliza su larga lengua para libar el néctar de las flores.

Por las noches, los expedicionarios encendieron potentes luces para atraer a los insectos. Con ese método lograron descubrir más de dos docenas de polillas y mariposas diferentes que probablemente también sean especies que jamás fueron descripas por el hombre.

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